martes, 25 de mayo de 2010

El jaguar

El Jaguar

Es un felino que despierta muchas pasiones entre las personas por su belleza y fortaleza, pero desgraciadamente esto no lo convierte en inmune a las amenazas a sí mismo y a su medio ambiente.
Aunque actualmente no está amenazado de manera global según la IUCN, aunque sí que está próximo a la vulnerabilidad, si concretamos un poco más vemos que en cada uno de sus países de manera individualizada sí que tiene muchos problemas, y en algunos de ellos incluso está en peligro de extinción, o ya ha desaparecido.
Por todo esto no hay que quedarse esperando y hay que actuar ya, como se está haciendo en la inmensa mayoría de las áreas donde se le puede encontrar.





Importancia de la conservación del Jaguar



Entre otras muchas cosas, el jaguar tiene unas características que lo hacen único y digno de protección, y es que cada especie es única.
Para empezar, el jaguar es el felino más grande de América, y el único representante del género Panthera allí (Nowell y Jackson 1996); además es la tercera especie de felino más grande del mundo y es el mayor depredador en las zonas selváticas donde habita junto al caimán.
Razones de peso para conservar el jaguar, pero hay más.




Clasificación del Jaguar según la UICN

Según la información de la UICN (2002), sobre la base de estimaciones de densidad y rango geográfico (Nowell y Jackson 1996), se estima que la población de jaguar presenta menos de 50.000 ejemplares adultos, con tendencia a la baja debido a la persecución y la degradación de su hábitat y presas, y podría clasificarse como vulnerable si esta tendencia persiste, o si se obtiene más información disponible sobre la especie que lo verifique.
Actualmente la considera próxima a la vulnerabilidad (NT), lo cual quiere decir:La especie no es objeto de medidas de protección especial, pero su población es escasa, está concentrada en un hábitat muy restringido o amenazado de restricción, o se espera que se presente reducción en la población en los próximos años.



Situación del Jaguar

En las civilizaciones precolombinas de México, Guatemala y Perú, el jaguar era venerado como una criatura divina. Pero el respeto hacia este animal se perdió cuando empezó a ser cazado por su piel. En los 60 particularmente hubo una disminución significativa de ejemplares, con más de 15000 pieles de jaguar sacadas de la Amazonía brasileña anualmente, por lo que la Convención sobre en Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) en 1973 consiguió una brusca disminución del comercio con sus restricciones. Actualmente el comercio internacional de jaguar o de sus partes está totalmente prohibido.
Aun así hoy en día, la caza por su piel sigue siendo una amenaza. Y aunque estén bajo protección en los países Sudamericanos, siguen muriendo jaguares a manos de los rifles de los ganaderos. En algunos sitios, como por ejemplo en Guyana Francesa, todavía se sigue permitiendo la caza del jaguar.

La especie ha perdido el 37 % de su rango histórico, y su condición es desconocida en un 18 % del territorio adicional.

Debido al difícil acceso de algunas de las zonas que habita, y a sus hábitos nocturnos, muchas veces estimar la cantidad de jaguares es difícil.



Subespecies del Jaguar

Este felino está tan distribuido por América que necesariamente las poblaciones más o menos aisladas se han ido identificando con ciertas características sutiles pero importantes que han llevado a la especie a contar con nada menos que nueve subespecies:


P.onca onca: El jaguar del amazonas está distribuido en toda la cuenca del río Orinoco y Amazonas, incluyendo a Venezuela, Las Guayanas, el norte y Centro del Brasil y el este de Bolivia. Según el catálogo Nacional de Colombia también se encuentra en Colombia.

P. onca peruviana: El jaguar de Perú está en Ecuador, Perú y Bolivia.

P. onca hernandesii (bastante reducida): El jaguar mexicano occidental habita el oeste de la altiplanicie central mexicana, desde Sinaloa hasta Tehuantepec y el sur de Guatemala, pero está muy disminuida. El límite de distribución ha retrocedido en unos mil kilómetros al sur de Sinaloa y Tamaulipas en México.
P. onca centralis (poblaciones muy disminuidas):Al jaguar de Panamá se le encuentra desde Honduras hasta El Salvador (donde ya no existe), en Nicaragua, Costa Rica y Panamá, hasta Colombia, con poblaciones muy disminuidas.

P. onca arizonensis (Extinta):El Jaguar de Arizona, distribuido en el suroeste de Estados Unidos, desde Arizona y Nuevo México hasta Sonora en el Noroeste de México. En Arizona llegó a habitar hasta el Gran Cañón, inclusive hubo ejemplares que entraron en California, donde el último récord es de Palm Spring en 1860. Esta subespecie está extinta, los dos últimos ejemplares fueron matados en Arizona, uno en 1971 y otro en 1986.

P. onca veraecrucis (muy amenazada de extinción): El Jaguar de Texas o jaguar mexicano oriental, habitaba el suroeste de Texas llegando probablemente a la parte baja de Luisiana, distribuyéndose en México sobre Tamaulipas y Verac
ruz, hasta Tabasco. Esta subespecie tampoco tiene ya poblaciones viables en Estados Unidos. En general Sam Houston lo catalogó como abundante en las cabeceras de algunos tributarios del Río Grande, alrededor de 1850 habiendo encontrado ejemplares al este del Río San Jacinto en Texas. El último jaguar de Texas lo mataron cerca de Kinsville en 1946.

P. onca goldmani: El jaguar de Yucatán es una de las subespecies centroamericanas de las más abundantes. Habita el suroeste de Yucatán en México, Belice y del norte de Guatemala. En 1974 quedaban alrededor de un millar de jaguares. La cacería comercial y la exportación de pieles están prohibidas, pero aún en 1986, se permitía la cacería deportiva de 45 ejemplares al año (el 10% de una población estimada de 450. Esta cacería deportiva legal fue permitida hasta 1986 y vedada en 1987 en todos los estados menos en Campeche.

P. onca palustris: Los ´Tigres´ del norte argentino, Paraguay y Matto-Grosso, que representan esta subespecie, son los más grandes que se conocen.

P.a onca paraguaensis: El jaguar del pantanal o del paraná está distribuido desde el sur de Brasil (sur de Mato Grosso y Sao Paulo) hasta la Pampa central de Argentina, incluyendo además a Paraguay y parte de Uruguay. Esta la más pesadas de las subespecies, fue exterminada en Uruguay a principios de este siglo y en la Pampa central de Argentina hacia 1925, quedando algunas poblaciones aisladas al norte de Argentina, en Paraguay y a l sur del Pantanal Brasileño.



Características del Jaguar

La presencia de jaguares en un área es un indicador de la salud del ecosistema, porque quiere decir que las poblaciones de sus presas -chanchos de monte, antas, venados, tatús- están bien. Y si estos herbívoros están en buenas condiciones, la vegetación también.

La piel tiene fondo amarillo rojizo, excepto en el interior de las orejas, en la parte inferior del hocico, las mandíbulas, la garganta y demás partes bajas del cuerpo, donde el color es más pálido; en la parte inferior de las patas predomina el blanco. Además tiene las características manchas negras, tipo rosetas, redondas, alargadas o rayas irregulares que se bifurcan en la cruz y vuelven a juntarse en el lomo, formando en los flancos líneas más o menos paralelas; más pequeñas en la cabeza, el cuello y las patas que en el resto del cuerpo. La cola tiene anillos en su tercio posterior. No hay dos jaguares con el mismo patrón de manchas.

Son parecidos al leopardo de Asia y África, pero el jaguar es más robusto, tiene cabeza más grande y cola más corta. Además, aunque el jaguar es buen trepador, no pasa tanto tiempo sobre los árboles; su pelaje también es más anaranjado y tiene las rosetas más grandes que el leopardo. No atacan a los hombres como los leopardos, que sí tienen registros de ataques al hombre.

El peso de un jaguar adulto va de 45 a 130 kg dependiendo de la subespecie, pudiendo llegar a pesar 150 kg. Las hembras son entre un 10 y 20 por ciento más pequeñas que los machos.

Su longitud es de 1.70 a 2.30 m, y una altura hasta la cruz de unos 85. Su cola mide entre 45 y 75 cm.

La esperanza de vida de un jaguar en cautividad es de 22 años. En el entorno salvaje probablemente es de 10 años, excepto en raras ocasiones que puede llegar hasta los 20 años.

En contraste con los otros grandes felinos, el jaguar gruñe pero rara vez ruge.
Posee hábitos nocturnos, aunque tiene algo de actividad durante el día. Gracias a estudios de radioseguimiento se ha sabido que suelen estar activos el 50 a 60 % del día (contando las 24 horas; según otro estudio con cámaras de trampeo en Bolivia pueden estar activos a cualquier hora del día, con picos desde al amanecer hasta media mañana en ambas épocas (5:00 – 10:00 horas) y por la noche (20:00 – 0:00 horas) más pronunciado en la época lluviosa.

La agudeza de sus sentidos del olfato y el oído y sus habilidades para correr, trepar árboles, nadar y moverse agazapado tras una presa lo convierten en excelente cazador.

Al estar habituado a biomas selváticos con poca luz (aunque su área de dispersión llegó a abarcar praderas y estepas), posee ojos nictálopes, que permiten una notable visión en la oscuridad, merced a una membrana reflectante en el fondo del ojo que concentra la luz en el campo focal de la retina. (Esta es la razón por la cual cuando enfocas con una luz a un gato en la noche, sus ojos parecen iluminarse, porque reflejan mucho la luz).

Por otra parte, y a diferencia de otros felinos, son excelentes nadadores y están también adaptados para la caza de presas acuáticas y subacuáticas desde la superficie; en tales casos, las vibraciones de los peces, yacarés y tortugas les llegan nítidamente a través de sus patas y bigotes.

Su olfato está muy bien desarrollado y puede detectar por el olor presas a bastante distancia, en tales casos abre la boca facilitando así una mejor llegada de las moléculas odoríferas a sus órganos olfativos.

El tamaño y la defensa de sus territorios varía en función de la disponibilidad de alimento y de lasoportunidades de reproducción. Durante el día los machos suelen desplazarse unos 3,3 km y las hembras 1,8 km por sus territorios. Ambos sexos tienden a desplazarse mayores distancias en la época seca, posiblemente por la mayor escasez de alimento.

Los machos tienen territorios mayores que los de las hembras y aunque estos territorios no se sobreponen con el de otros machos, si lo pueden hacer con los territorios de algunas hembras adultas. La delimitación del territorio, lo hacen mediante marcaje de orina, excrementos u otro tipo de señales, como rascaduras en árboles o vocalizaciones. En caso necesario para defender el territorio, pueden llegar al enfrentamiento directo.

Los territorios de los machos alcanzan extensiones hasta de 380 km2, mientras que las hembras ocupan territorios hasta de 134 km2 en promedio . Cuando el hábitat es óptimo y la densidad de jaguares es alta, los machos ocupan pequeños territorios de aproximadamente entre 30 y 50 km2, mientras que una hembra entre 15 y 25 km2

Las hembras alcanzan la madurez sexual entre dos y dos años y medio, mientras los machos entre tres y cuatro años de edad. La última reproducción suele ser a los 8 años .

Aunque durante la mayoría del año el jaguar es un animal solitario, llegada la época de celo buscarán un compañero o compañera; la época de cela en los trópicos no está limitada a ninguna estación del año en particular, aunque en algunas áreas geográficas se puede encontrar la época de reproducción asociada a alguna época climática especifica. Esto ocurre en zonas donde las estaciones hidroclimáticas son muy marcadas y pueden influir en la disponibilidad de presas. Por ejemplo, Leopold (1959) menciona que en México los nacimientos ocurren entre julio y septiembre, pero éstos varían geográficamente.

Entonces pasarán 4 o 5 semanas con la pareja elegida. Durante el celo el comportamiento de la hembra cambia. Su apetito no decrece, pero gruñe, se frota contra objetos y rueda en el suelo frecuentemente. Durante el apareamiento, la hembra es ruidosa, mientras el macho no.

Tras un periodo de gestación de alrededor de entre 93 y 110 días (unos 100 días de media) la hembra selecciona un lugar protegido para dar a luz a sus crías. El nacimiento suele ocurrir durante la estación de lluvia, cuando hay mucha comida y entre los matorrales impenetrables de la selva.

Elige lugares como cuevas, huecos entre las raíces de los árboles, matorrales o rocas y en los taludes que se originan en las orillas de los ríos.
Tienen partos de 1 a 4 cachorros, que al nacer son ciegos y pesan entre 700 gr y 900 gr. Los cachorros nacen con un pelaje largo, lanoso y de color pálido, con un patrón moteado de manchas negras redondeadas con coloración pálida en el centro, curiosamente en la cara presentan rayas negras. Toman la coloración definitiva de adulto a los 7 meses. Después de 2 semanas abren los ojos.

Las hembras se encargan exclusivamente del cuidado de las crías. Al principio la madre y sus crías viven en una madriguera en el suelo o en un árbol y, en situaciones de peligro, traslada las crías con la boca. Después de 6 u ocho semanas, los pequeños acompañan a su madre en sus excursiones. A partir de los 3 a 6 meses dejan de mamar, y hasta los dos años viven y cazan con su madre. A partir de entonces se independizan de la madre y comienzan su proceso de dispersión y búsqueda de territorio propio. Este proceso de dispersión coincide con el celo de la madre.

Influencia del Jaguar

El jaguar se utiliza ampliamente como un símbolo en la cultura contemporánea. Es el animal nacional de Guyana, y figura en su escudo de armas. También es el nombre de una marca de coches de lujo. El nombre ha sido adoptado por las franquicias de deportes, incluyendo los Jaguares de Jacksonville y los Jaguares de Chiapas F. C., también conocidos simplemente como Jaguares, un equipo de fútbol profesional que participa en la Primera División de México. El escudo de la Unión Argentina de Rugby también tiene un jaguar dibujado, aunque se les apoda Los Pumas.

Importancia de la especie

El Jaguar es el depredador de mayor talla en el Neotrópico y desempeña un papel ecológico fundamental, pues afecta las densidades poblacionales de sus presas y es una factor limitante de éstas (Medellín et. al., 2002). La desaparición de los jaguares puede causar cambios en los ecosistemas. Eliminar a los grandes carnívoros de un ecosistema tiene un impacto en la abundancia de diversas especies, ya que su ausencia puede generar el crecimiento poblacional de las presas y de depredadores de menor tamaño; esto, a su vez, puede tener implicaciones severas en la dinámica de la comunidad y el ecosistema, que finalmente conduzcan a sistemas ecológicos simplificados y empobrecidos.

Cómo caza el Jaguar

El jaguar es más activo durante el atardecer y la noche. Siendo un corredor de corta distancia bastante rápido caza su presa principalmente en el suelo. Es un gran nadador y puede incluso cruzar ríos con una anchura de varios kilómetros.

El jaguar pasa más del 50% de su tiempo cazando y, entonces, puede cubrir una distancia de 3 o 4 km al día e incluso más durante sequías cuando hay poca comida. El jaguar tiene un territorio fijo que puede cubrir hasta 40 km2.

El jaguar es considerado un carnívoro oportunista y su dieta depende de la densidad y disponibilidad de las presas. Más de 85 especies han sido registradas en la dieta del jaguar (Seymour 1989). Las grandes presas, como pecaríes, tapires y ciervos son de sus favoritas, aunque también se alimenta de otros mamíferos como monos y el oso perezoso, dependiendo siempre de su disponibilidad en cada lugar. Hay que tener en cuenta que por ejemplo los grandes herbívoros están en menor cantidad en la selva que en zonas más abiertas, donde son más tendentes a formar grandes grupos; esta es una de las causas que marcan la diferencia en su alimentación en selvas y zonas abiertas. También caza ranas, tortugas, serpientes e incluso puede atacar a caimanes, aunque sean significantemente más grandes que él. También come peces y pájaros que tienen sus nidos en el suelo.

En lugares donde habita el jaguar y hay ganado se dan casos de que cace a estas presas fáciles, debido a la escasez de sus presas naturales y la pasividad de estas nuevas presas.

El jaguar come sus presas pequeñas enteras y de inmediato. Cuando caza una presa grande, come una parte y se retira para hacer una siesta y luego regresa más tarde para acabársela. Si un jaguar mata a un animal fuera del bosque se lo lleva adentro. A veces incluso arrastra su presa a través del río.

La abertura máxima de la boca conocida está en un ángulo de aproximadamente 65 a 70°. Esta característica unida a sus fuertes caninos le son vitales para cazar: en efecto, la técnica de caza del yaguareté es el acecho, que culmina con un salto inesperado y un mordisco en la nuca para romper las vértebras cervicales o el cráneo de su víctima. La perforación del cráneo solo la realizan los jaguares de entre los grandes felinos para matar a sus presas. Según algunos autores (Emmons (1987)) su gran cabeza y grandes y fuertes caninos podrían ser una adaptación a abrir grietas en animales ´blindados´ tales como algunos reptiles o tortugas.

Nombres del Jaguar

La cantidad de nombres que recibe el jaguar es impresionante, y difiere mucho de unos países a otros, por lo que el uso de su nombre científico al hablar del jaguar en un medio de difusión a nivel internacional es importantísimo; aquí hay un listado de los nombres que recibe:

BOLIVIA : Jaguar, Yaguareté, Tigre Americano.

COLOMBIA : Jaguar, Mancueva, Mano de lana, Mano de plomo, Onza pintada, Otorongo, Pantera, Tigre, Tigre amapolo, Tigre Malibú, Tigre mariposo, Tigre negro, Tigre pintado, Tigre pintamenuda, Tigre pintamenidita, Tigre real, Tigre serrano, Uturuncu, Yaguar, Yavarete, Zawuaarete, Sipgua (en lengua muisca ´chibcha´)

ECUADOR y PANAMÁ : Jaguar, Tigre.

PERÚ : Jaguar, Otorongo, Tigre.

VENEZUELA: Daaba (Barí), Ira (Yanomami), Gápanemé (Yaruro), Pondamé (Yaruro), Sabraba (Barí), Tigre , Tigre mariposo, Toobe (Warao), Washaema (Yanomami), Yaguar.

BRASIL: Onça, Onça Pintada, Onça Canguçu

GUAYANA FRANCESA: Tig Marqué

PARAGUAY: Jaguareté

SURINAM: Penitigri

ARGENTINA: Tigre; en el noroeste argentino (Salta y Jujuy) se le dice Tigre Manincho a los Jaguares que, según los pobladores locales, son más pequeños, distinguiendo entre estos y otros más altos y de patas más largas, aunque no hay evidencias científicas de ello. Uturunco (Quechua, noroeste de Argentina).
En maya se le llama Zac-bolay

En casi toda su área de distribución actual en Argentina y en muchos otros países se lo llama popularmente Tigre, debido al parecido que encontraron los primeros conquistadores de América con el gran felino asiático y con el que lo bautizaron, casi con seguridad, para siempre.





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